El porqué de Poste Cabildo

El Poste Cabildo es un pilar que sustenta dos arcos porticados de la Plaza de Garrovillas de Alconétar. En tiempos fue lugar donde se reunían los muchos clérigos de la villa para tomar decisiones. Algún tiempo después sostenía las espaldas de los jornaleros que esperaban el dedo apuntador para conseguir un jornal. Yo quiero que este Poste sea lugar para mis reflexiones, compartidas o no, e invitaros a criticarlas.


miércoles, 24 de febrero de 2016

Pensamientos conmigo mismo


Esta semana he estado un poco “mimosón”, tanto es así que mi perorata va a ser más de los sentimientos y placeres del cuerpo, que por el nutrir del alma.

Todo esto me viene motivado por una reflexión, que yo solito, he estado mascullando en los últimos días. Resulta que el susodicho una vez desayunado, se sienta cada día delante de la pizarra digital y, enlace por aquí, enlace por allá, se mete entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, del cerebro claro, más de un titular de prensa y algún que otro artículo completo, eso sí, procuro que haya diversidad de editoriales, sobre todo para no intoxicarme y que la bilirrubina no tome valores fuera de rango; esto último es como consecuencia de haber pasado la ITV esta misma semana y provocar en mi fuero interno una asociación de ideas; como siempre, chapa y pintura aceptable, la refrigeración y la junta de la trócola habrá que seguir engrasándola, he tenido momentos más complicados.

A lo que iba que me enrollo como un repollo.  Que quería yo decir, que con tanto atiborramiento de noticias, al final me da a mí, que ese exceso que digerimos de una forma compulsiva, lo que consigue es el efecto contrario a lo que debería ser, nos hemos creados una cantidad de anticuerpos informativos que ya no le damos la importancia que algunas de estas noticias requieren.

No es que yo sea mucho de telediarios, pero cierto es que cualquiera de ellos es como el antiguo periódico “El Caso”; entre la corrupción, las negociaciones que no se negocian, las llamadas a comparecer a los juzgados por una y otras causas, aunque estas sean prediluvianas, aquellas otras donde está la flor y nata de la aristocracia, los florecidos, perdón aforados…, ¡en fin! para que seguir si la mayoría de todos las sufrimos; pues eso, que es tanto el atiborramiento a que nos tienen sometido que antes de que hayamos asimilado la penúltima ya están con otra de mayor calado, no te digo nada si haces un zapping, entonces es mejor ponerte las cintas de vídeos que tienes guardadas en el baúl con los viejos programas de “La bola de cristal” o “El chavo del 8”, todo esto a expensa que algún vecino no te denuncie y tengas tú también que ir a los juzgados por aquello de enaltecimiento de no sé qué.


Ya decía que esta semana había estado plagada de sentimientos y momentos de emociones. Uno de ellos se produjo el jueves; había sido invitado por la “Asociación Musical Cacereña” a un concierto de un cuarteto de flautas, el “Trío Aines con Ana María Rodríguez”, así que el trío se convirtió en cuarteto; en otras ocasiones ya había asistido a alguna actuación del trío, con la incorporación de una cuarta flauta, el repertorio ha ganado, tanto en la calidad de las obras como en la diversidad de las piezas. Aquí los sentimientos estaban como el cerebro, partido, por una parte la proximidad de amistad con una de las componentes del grupo, Cristina, y por otra parte, que cada vez que asisto al aula de cultura “Clavellina”, donde se celebró el concierto, me afloran huellas de lo que fue y que en la actualidad solo queda este pequeño remanso de cultura y musicalidad. Me estoy refiriendo, a que el minúsculo pero entrañable escenario sigue estando coronado por el anagrama de “Caja de Extremadura”, que como Fundación sigue aportando su granito de arena a la cultura cacereña. ¿Qué fue de mi caja, ¡madre mía!?

Si tuviera que hablaros del concierto seguro que no sabría transmitir lo que allí sonó, ahora bien, me hizo reflexionar que cómo una pacense, una aurgitana, una pamplonica y una cacereña con unas hojas pentagramadas y unos chirimbolitos en negro, sean capaces de ponerse de acuerdo y hacer sentir y transportarte a un bosque encantado o hacerte mover los pies al ritmo de una pieza arabesca.

Al salir del concierto y sentir el frío de la noche gélida en la cara, volví a la realidad y me vino a la memoria una pregunta, ¿cómo estas músicas son capaz de ponerse de acuerdo con ese lenguaje internacional que es la música, y otros que llevan no se cuanto tiempo reuniéndose y haciéndose proposiciones no son capaces ni de sentarse a hacer un bien por los demás? ¡Está claro!, ellas utilizan el mismo código, los otros cada uno el suyo, ¡qué lástima de esperanto! ¿Seguirán todavía en las nubes?

Deseando estaba que llegara el sábado, de entre las muchas relaciones que uno tienes, aquí en mis posesiones de invierno, mantengo amistades por varios motivos; la música (aquí entran  el folklore, el flamenco, el conservatorio…), por aquello de las ideología, por lo de defender derechos…, y la de la amistad en el sentido más limpio y diáfano de la palabra.

Con un grupo de amigos tenemos la sana costumbre de “cai cuandu” juntarnos a tomar las cañas, lo que en otros sitios son “las onces” o “el vermut”, casi siempre unas cañas con ellos acarrea un nuevo compromiso, así surgió una especie de cofradía gastronómica en la que cada quisqui nos deleita al resto de los componentes con la especialidad de la casa. Os propongo acertijo fácil; mes de febrero, después de San Blas, descendientes rayanos y catovis, verdura de temporada, parte del estómago del cerdo en el que se embucha de todo…, no sigo por ahí que se me hace la boca fosfatina, pues sí habéis acertado; en esta ocasión berzas con buche; eso sin contar los antes y los “despueses”. Como la cosa era lenta de digerir se tuvo que regar bien por aquello que facilitar la absorción de la materia grasa; ¡excelente! tanto por lo productos como por la elaboración ¿y qué decir de la compañía? ¡Nada! La cena liguerita, uno huevos fritos con patatas al mismo modo y alguna que otra entrada y salida.

¡No me diréis que hoy no he estado condescendiente con vosotros, si hasta os he perdonado las cosas poco buenas a las que os tengo mal acostumbrados!

Gracias, de la resaca me estoy recuperando, no os preocupéis.


miércoles, 17 de febrero de 2016

Volver a cruzar los Pirineos

Con la unción de la ceniza aún fresca, entrado por ello en tiempo de cuaresma y recogimiento, a este pendolista no es que le preocupe mucho que será de él cuando esté, ya no con un pie en el estribo, sino cabalgando, donde ocuparé un espacio material; me preocupa más el seguir ocupando algún bite en la memoria de quien me quiera recordar. 

Ahora bien, dicho esto con ánimo de que ello ocurra cuanto más distante en el tiempo mejor, sí que me da un poco de envidia aquellos que no pueden usar la consabida frase de “no tener dónde caerse muerto”; no penséis que estoy falto de ganas de vivir, como ya he dicho siento mucha envidia, pero no de la buena, no, esa que se dice tiñosa, el envidiado es un tal Mansour bin Zayed, a la sazón jefe y señor del Club de fútbol Manchester City; el motivo muchos ya lo sabréis, pero yo os lo voy a refregar para ver si también alguno se apunta conmigo al clan de los envidiosos. 


El jeque Mansour bin Zayed, miembro de la familia real de Abu Dabi, ha adquirido una finca de 8.200 hectáreas en el término municipal de Valencia de las Torres, una localidad del sur de la provincia de Badajoz donde viven alrededor de 700 vecinos.

Se dice, que el jeque ha pagado 55 millones de euros por la finca, ha comentado a Efe el alcalde del pueblo, Valentín Pérez.

Mamsour bin Zayed, es el undécimo hijo del emir Zayed bin Sultan Al Nahyad (1918-2004).

Por la finca adquirida, de nombre "Los quintos de San Martín",  han pasado personalidades como: el propio Juan Carlos I, Emilio Botín, los Albertos y algún jeque, entre otros. El motivo lo podéis imaginar.

"Los quintos de San Martín" ha sido propiedad hasta ahora de la familia Mora-Figueroa, que dedicó la explotación de la misma al ovino y a la caza principalmente, está cruzada por el río Matachel, agrupa un total de 14 cortijos y daba trabajo a 70 personas. Actualmente, son cerca de 30 empleados los que siguen trabajando en la misma, principalmente en labores de mantenimiento y vigilancia ganadera y ambiental. De entre las primeras medidas que quiere tomar el nuevo inquilino está la de la construcción de un pequeño helipuerto.

No me digáis que no es para tenerle envidia, y encima dirá que “no tiene donde caerse a echar una siesta”.

En cambio a otros se les va a prohibir hasta lo más elemental que recoge la otrora Ley de Leyes en el ámbito laboral. Me estoy refiriendo al Estatuto de los Trabajadores y concretamente al derecho de huelga, que además está refrendado en nuestra manida, vilipendiada y con derecho a renovarse Constitución Española y recogido su procedimiento en Real Decreto-Ley 17/1977.


La ocurrencia ha venido de la Dirección del Metro de Madrid en documento pasado a la “parte social” (sindicatos) con motivo del comienzo de la negociación de un nuevo convenio para la empresa. Si polémica es esta propuesta de comienzo de negociación no menos lo es la eliminación de algunos de los "conceptos extrasalariales", como los 50 euros que reciben los trabajadores por trabajar los festivos de Navidad o la indemnización de 12 euros que obtienen por acudir a un reconocimiento médico fuera de su jornada laboral. Eso sí, estás medidas afectan a todos los trabajadores de la empresa menos a la Dirección: “chupa del frasco Carrasco”.

Y es que los poderosos no se cansan, leo: “ Polémica en Rusia por la boda de la exmujer de Putin, Liudmila Pútina, con un hombre 20 años menor que ella. El reportaje de la televisión rusa que dio la noticia fue retirado de la programación ante la polémica generada”.
La noticia que puede tener cierto cariz amarillista no lo es tanto cuando se trata de ocultar a través de los medios públicos la información que afecta a los poderosos.
¡Bueno eso nos queda muy lejos! diréis algunos, pues ¡agárrense que vienen curvas! Os cuento este cuento: “la televisión pública francesa estrena es horario de máxima audiencia (20:55) una biografía  de nuestro anterior Monarca, Juan Carlos I, en la que repasa su vida y su reinado”. Por el contrario TVE, la de todos nosotros, igual que Putin, ha vetado su programación basándose en que se trata de un rey que ya no es rey; y aun siendo coproductora del documental no tiene prevista su emisión, ¿será “realmente” ese el motivo?
Esto me ha hecho rejuvenecer unos cuantos de quinquenios, cuando allá por los primeros años de la decena de los 70 del siglo pasado, muchos españolitos tuvieron que cruzar los Pirineos si querían ver la película de Bernardo Bertolucci, protagonizada por el señor Brando, “El último tango en París”; o aquella otra archiconocida “La naranja mecánica”.
Estas cosas al final me hace reverdecer recuerdos y también, y lo que es peor, ganas de exiliarme a Martes en el primer viaje programado.

¿O tendremos que cruzar otra vez los Pirineos?

miércoles, 10 de febrero de 2016

Orgullo de pensionista

Estos últimos días me encuentro subido de ánimos, todo debe influir; por una parte la fiesta más carnal del año, esa que de alguna manera te hace subir la libido -¡ojo! no confundir con lívido-, el comprobar que la luz natural va tomando tintes primaverales –otra que la sangre altera- y estamos pasando la hoja de la estación oscura y de recogimiento; pero sobre todo lo que verdaderamente me ha hecho que llame a mi psiquiatra para anular la cita programada, es el desmesurado aumento de mi pensión de jubilación, un 0, 25 %, ¡ahí es nada!, de la que ya os adelanté alguna cuestión. En cuanto he notado en mi cuenta bancaria la subida mensual, he llamado a la familia para invitarlos a todos a lo que quieran, lo de pagar ya es otra cosa, pero un hecho así no desmerece.

Lo anterior voy a intentar explicarlo. Toda persona humana o individuo –con perdón por el pleonasmo-  tiene dos partes claramente diferenciadas, el cuerpo y el alma. El cuerpo es esa parte un tanto gandula y derrochona que siempre está pensando a ver que se le antoja para llevármelo al coleto o darse un homenaje; ella es calculadora, etérea, siempre valorando lo bueno y lo mejor; así estaba yo estos días en un sin vivir; él andaba algo antojadizo y para darle a ella justificación de lo que se le venía encima intentó justificar el porqué. ¡Mira!, le dijo, tú que siempre andas diciendo que yo podría haber sido banquero y así no tendrías problemas con el peculio, resulta que un tal Francisco González, a la sazón Presidente del BBVA solo le han subido la pensión 1,50 % más que a mí, ¿y eso cuánto es?, preguntó ella; pues no mucho, pero te lo voy a decir: el tal señor González, ganó 3,77 millones de euros en el 2015, un 1,75 % más que un año antes, cantidad a la que podrá sumar un variable diferido en acciones que elevaría su retribución hasta 5,6 millones de euros…” Yo para autoconformarme me he dicho  ¡”Pues tampoco es tanta la diferencia! Pero por la cara que puso la doña me parece que no le he convencido.

Como aún me queda alguna sisa para poder seguir comprando al papel, y lo hago, leo que a aquellos que están dilapidando las arcas públicas después de haber cotizado y encima se dedican en su senectud a esa cosa de la Cultura (escribir, pintar, componer, hacer cine) les están obligando a elegir: o hacen como cualquier buen ciudadano cobrar y pasear, o dejan ese vicio de querer culturizar a todo un país, ¡son unos incorregibles! La pregunta de rigor ¿Qué hubiera llegado hasta nosotros de la Cultura Griega, del Siglo de Oro o la Generación del 27 si también les hubieran obligado a elegir entre comer o hacer Cultura? ¿Cuántos de esos han muerto en la más vasta indigencia por el solo hecho de dedicarse a alimentar nuestras almas? ¿Y para esto quieren algunos amigos míos jubilarse? ¡Valiente despropósito!

Hoy me ha dado la cosa por eso de la economía, y es que además, éste, es otro motivo más de regocijo y dispendio, ¿o no lo es el que eso que hace algún tiempo no sabíamos nadie que era y en los últimos tiempos estábamos todos pendiente de si subía o bajaba? No, no me estoy refiriendo al petróleo que son palabras mayores, la referencia que dirían los duchos es en materia de Euribor; desde el 5 de febrero  se ha colocado en tasa negativa -0,002 %; rápidamente he llamado a mi prestamista (banco) para que me empiece a abonar en mi Plan de Pensiones los réditos correspondientes, pero claro todas las noticias no podían ser buena, quien me ha atendido, nunca es el director cuando vas a reclamar, lo primero que se le ha escapado ha sido una carcajada, a renglón seguido se ha tirado conmigo por teléfono más de 15 minutos para decirme al final que “verdes las han segado”; ahora empiezo a entender aquello que comentaba más arriba de lo que cobra un tal Francisco González.

Ya decía al principio que hoy me encontraba yo eufórico y la cosa no es para menos. Aquello que en algunas manos, muchas, y sobre todo porque están creadas para ello, las armas; esas que si no son manejadas por mentes asesinas es una cosa inerte, cuando el ser humano quiere hacer con ellas algo diferente, incluso llegan a ser útiles para la sociedad, ahora paso a explicaros:
Un creador mejicano, Pedro Reyes, allá por 2008 puso en marcha una iniciativa para recoger armas en Ciudad Juárez (México), donde la muerte y las armas campan a sus anchas; consiguió recoger más de 1.500 artefactos de matar para fundirlos y convertirlos en palas con las que se sembraron otros tantos árboles, consiguiendo transformar un instrumento de muerte en instrumento de vida.

Recientemente este mismo artista ha puesto en marcha otro proyecto, en este caso le ha dado el nombre de “Imagine”, tal cual la canción que compusiera el miembro de “The Beatles” John Lennon, y que consiste en recopilar armar y convertirlas en instrumentos musicales, ni que decir tiene que la banda sonora del programa es esa misma composición y que aprovechándome de ella voy a poner un par de estrofas para terminar con el mismo optimismo que empecé esta mi perorata carnavalera. 

Nada por lo que matar o morir,
ni tampoco religión.
Imagina a toda el mundo,
viviendo la vida en paz (...)



(…) Puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros,
y el mundo será uno solo.



miércoles, 3 de febrero de 2016

Cultura con chador

En una de mis últimas monsergas levantaba mi voz, perdón el “chas-chas” del teclado, contra lo que a mí me parecía como poco una bagatela, que por aquello de querer ser políticamente correcto se estaba cayendo en una excesiva ñoñería, -aquí podría haber utilizado otro adjetivo, pero pongo ñoñería para reivindicar la ñ- y queriendo no ofender a unos cuantos se agravia y se desvirtúa lo que hasta no hace mucho era de general complacencia y aprobación; me estoy refiriendo a los cambios de títulos de cuadros y obras de artes en Museos en las que aparecen palabras que determinan la condición de las personas, y que sus autores, en aquel momento, titularon sus obras así, en función del momento y de lo que ellos veían, expuesta aquella mi queja, y mi parecer, lo dejo y paso a continuación a largaros otra cháchara sobre asunto análogo.   


Estos días atrás visitaba Italia el Presidente iraní Hasan Rohani. En principio la visita tenía un carácter puramente economicista, no en vano se llegó a un acuerdo en contratos de 17.000 millones de euro en inversión, para agasajar tal derroche al mandatario persa se le ofrecía una visita cultural a los Museos Capitalinos y evidentemente la correspondiente comida de honor y protocolo.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, más ancho que largo, la cosa no era para menos, estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de complacer a su “invitado” y darle gusto. Así que emitió las órdenes pertinentes para que aquellas obras de artes que mostraran partes pudendas y pudieran molestar a los invitados en su paseo por el patrimonio y la cultura romana, fueran ocultadas para evitar un no sé qué, que yo tampoco sé explicar.

Pues diré una cosa, mayor agravio que se le ha hecho al pueblo italiano, a su historia, a su cultura, y al arte en general no cabe. Pero la ocasión la pintaban calva.

En la correspondiente cena oficial también como cortesía no se sirvió ni vino ni ninguna otra bebida alcohólica; y todo ello por unos cuantos milloncejos de euros.

Me pregunto: ¿en algún momento de la visita se hablaría de la pérdida de derechos humanos en otros países? ¿O de aquellos que aún tienen vigente la pena de muerte? Me contesto yo solo: ¡me parece que no!

Para terminar con este escabroso pero rentable asunto, permitirme una anécdota particular. Siendo este vuestro pendolista responsable de Formación en una organización sindical a nivel regional, y a la vista del incremento de población extranjera en una localidad del norte de la Provincia de Cáceres, intenté montar cursos de castellano para aquellos que se habían asentado masivamente al pairo de trabajo agrícola, después de algunas reuniones con sus líderes y representantes me propusieron que en lugar de ellos aprender nuestra lengua se les enseñara a los nativos de la localidad su idioma; a eso se le llama endoculturación, así que cogí mis bártulos y los dejé al libre albedrío.

Cambio de tercio y no por ello menos espinoso, leo: “un menor agrede a sus padres por no comprarle un móvil”. 
En principio me resultó, como mínimo, alarmante; el muchacho de 16 años, furioso, al no conseguir su teléfono destrozó parte de los enseres de la casa. Una vez entrado en harina y analizando la situación general, uno puede llegar a plantearse si al joven en cuestión no le pasa lo mismo que a otros nos pasaba cuando no podíamos optar a tener una bicicleta nueva, un balón de reglamento o cualquier otro juguete que hiciera furor por nuestra época. ¿Se puede entender como un caso aislado y particular? Yo no me atrevo a tal aseveración; puede ser un cúmulo de circunstancias, la pérdida de valores y respeto, el estar acostumbrado a pedir y conseguir, el tener dependencia de la pantalla (sufrir nomofobia)… Luego está la parte más social, aquella que los adolescentes utilizan y que con ella hacen chantaje emocional haciendo ver a sus padres que el móvil es un elemento de seguridad en muchos casos, que el no tenerlo es un símbolo de pobreza tecnológica, incluso la autoculpabilidad que genera en los padres al no poder acceder a la petición…; no es fácil, lo reconozco, no me encuentro en esa circunstancias por cuestión generacional, pero en un escalafón más bajo lo veo casi a diario, el exceso de dependencia de las tecnología en edades en las que debería ser un recurso puramente educativo y nunca de recreo, pero ¿quién de los que usamos estos endiablados avances se atreve a hacer una dieta de adelgazamiento tecnológico y estar durante un mes sin ver una pantalla y un teclado?, lo reconozco, ¡yo, no! Hubo una época en que los libros se quemaban o eran escondidos en monasterios para que el vulgo no pudiera acceder a ellos, tengo en el asunto el corazón “partío”. 

De lo penúltimo que se está imponiendo por aquello de acaparar y guardar información y que yo llamo “síndrome de Diógenes de datos” es el uso de la nube, yo también lo padezco.

Como hoy no he hablado de política y de posibles pactos y gobierno, terminaré con una pregunta/reflexión: ¿no padecerán también nuestros políticos el Síndrome de Diógenes de datos y estarán todos en la nube? ¡Bajen por favor, los estamos esperando!