El porqué de Poste Cabildo

El Poste Cabildo es un pilar que sustenta dos arcos porticados de la Plaza de Garrovillas de Alconétar. En tiempos fue lugar donde se reunían los muchos clérigos de la villa para tomar decisiones. Algún tiempo después sostenía las espaldas de los jornaleros que esperaban el dedo apuntador para conseguir un jornal. Yo quiero que este Poste sea lugar para mis reflexiones, compartidas o no, e invitaros a criticarlas.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

El futuro no es el problema

Publicado un adelanto del último estudio del CIS correspondiente al mes de octubre, se vuelven a poner sobre el tapete Hule aquellos problemas que más acucian a los españoles.
A lo largo de años que se conocen como pos-franquismo, transición y consolidación de la democracia, los problemas de los españoles han ido cambiando en función de aquellos asuntos que les preocupaban y que se hacían más populares por mor de los medios de comunicación.
Así desde aquellos años en los que el principal, y más graves de los habidos, era el terrorismo, hemos llegado al momento actual en el cual, el que más le preocupa a los españoles es «el paro» con un 71,3; les siguen por orden: «la corrupción y el fraude» con el 37,6; «la política en general» con el 29,5; «los problemas económicos» con el 24,2; puntualmente «la falta de Gobierno» con el 13,9 y en  sexto lugar «la educación» con el 11,0.
No digo yo que no sea este el orden que los encuestados han decidido, lo que si me salta a primera vista es, que el resultado es cortoplacista. Comprendo a quienes el paro les acucie, no solo el día de la encuesta, sino durante un largo periodo de tiempo; pero no entiendo que la corrupción, la política y los políticos, en incluso el hecho puntual de la falta de Gobierno se antepongan a la necesidad de tener un acuerdo sobre Educación, en mayúscula y negritas.
Leo que según el informe PISA de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que evalúa a los alumnos de 15 años, sitúa a España en una situación mediocre, entre 5 y 10 puntos por debajo de la media en materias como son las Matemáticas, la Comprensión Lectora y las Ciencias, y además sitúa el gasto medio educativo español por debajo de la media de los 35 países miembros de la CEOE.
Este mismo estudio califica igualmente el abandono escolar temprano, y aquí sí que sacamos sobresaliente, casi duplicando la media europea de aquellos que abandonan los estudios con el título la ESO; este punto hace algunos años, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando a los jóvenes se les llenaban los ojos del dinero fácil, podría ser comprensible sino entendible, pero la situación ha cambiado poco o nada en los momentos actuales, donde como recoge el CIS «el paro» no es que sea el problema, es la realidad.

Ahora que ya tenemos un nuevo Gobierno, la preocupación del asunto de esta orfandad debe desaparecer, pero a quien realmente le cae el problema de «la educación» es precisamente a los responsables y por simpatía a todos aquellos que forman parte del Congreso y del Senado.
El Poder Ejecutivo, y el Legislativo deben de, no solo intentar, conseguir algo que desde el inicio de la democracia no han sido capaces; conseguir una Ley para la Educación que asumidas y acordadas por todos consiga establecer un periodo cuando menos de aquellos años que forman el conjunto de una educación que va, desde los tres años de inicio hasta que se sale con 20 años aproximadamente.
Salvo en aquel intento en que el Ministro Ángel Gabilondo, allá por el 2010 con un Gobierno socialista, estuvo a punto de firmarse el acuerdo, el resto de las leyes aprobadas para el asunto, han sido una especie de manual de doctrina partidista y nunca consensuada.
A mi parecer, y sin restar la importancia que tiene el aumento y consolidación de la inversión del 5% del PIB para educación, de la aportación económica, hay que sumar la ya demandada por este pendolista de «el pacto de y para la educación» y de la indispensable formación de los docentes.
Nada se habrá conseguido si se cuantifica lo económico y no se pone en valor el capital humano que forma toda la clase educativa; la trilogía para conseguir una educación con calidad debe basarse en los tres pilares que a mi entender son incuestionables e inseparables: la Ley para la educación, la dotación económica sin cicatería y la formación continua de los docentes. Sin olvidar que estos tres pilares tengan como basamento la no menos e importante labor de la familia, si bien una Ley para la Educación tendría escasa repercusión en este último elemento, sí haría con su indispensable colaboración la obtención de los mejores resultados.
Posiblemente en la próxima encuesta del CIS vuelvan a ponerse por delante aquellos problemas que más acucian a los españoles y que son de máxima y perentoria resolución, sobre todo cuando se trata del bienestar social en el conjunto de la sociedad española, aquí habría que leer: la sanidad, la dependencia, el paro, la economía doméstica, la resolución de la pobreza energética…, pero sin demora hay que dedicarle todo el tiempo que sea necesario para solución de un problema no inmediato, sino de futuro.
Si queremos tener futuro, debemos preparar a los que mañana serán el presente.


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